17 de julio de 2009

Un día normal

Te han asaltado en el autobús y que has hecho. Hoy por la mañana me toco a mi dirección al trabajo, me desperté mas temprano que de costumbre ya que tenia trabajo por terminar para presentar durante la junta de 1:00 pm., la mañana era joven 5:30 las 6 AM. A mitad del recorrido se subieron 5 personas lo recuerdo bien ya preste atención esperaba que subiera Nancy, no la conocía pero esta buena, el nombre lo se por un amigo que tenemos en común y no hemos coincidido para que haga las presentaciones, como se que es ella por las descripción y el lugar en donde aborda el autobús, no es que se un morboso consumado pero si la conocieras te aseguro que actuarías igual que yo o tal ves peor, en fin no apareció seria por la hora, el ultimo fue una hombre de chamarra de pluma de ganso que lo cubría hasta cerca las rodillas, gorra con la visera hacia atrás y lentes oscuros, no preste mayor atención ya que es la forma de vestir de mucha gente en su mayoría jóvenes no es que sea ya un ruco pero no es mi estilo, si es que tengo alguno en general uso lo que me gusta combine o no, su compañero fue el ultimo en subir gorra, playera de talla XG aunque no era exactamente gordo, se notaba por lo holgado de la playera. El autobús se arranco el se encontraba en el ultimo escalo mientras que su compañero ya se había posicionada pasando la mitad tal ves en el fondo no lo se con seguridad ya que me encontraba en la mitad. Note que hablaba con el chofer y este comenzó a entregarle el dinero fue en este punto cuando una inquietud me asalta, espasmos siendo robados pensé y esto se vio confirmado con un ruido estrepitoso producto de la detonación de una arma, que calibre no se no conozco mucho de armas, de si fue real o no tampoco en ese momento y posterior no lo corrobore solo hubiera mirado el techo del autobús ya que es a donde fue dirigido el disparo, seguía absorto.

Esto es un robo grito el que estaba en la parte trasera, como si no fuera obvio, saquen lo que traigan y no escondan nada, mi reacción fue esconder el celular, cosa extraña parece que no les interesaba ya que estaban concentrados en pedir solamente el dinero, quien lo recogía era la persona que hasta unos momentos antes se encontraba con el operador, se quito la gorra y la coloco al revés pidiendo que colocaran el dinero en su interior, me pareció como si fuera el monaguillo pidiendo la limosna en la misa de domingo, recorrió la línea contraría a la que yo ocupaba, esta correspondía al tipo de la retaguardia , pero esta paso a mayor velocidad parecía tener prisa y se notaba mas tenso a mi compañero y a mi no nos pidió nada así como al del asiento siguiente tal ves su tarea consistía en mantener el orden y a los pasajeros tranquilos ya que continuamente apuntaba con el arma y repetía las mismas obscenidades , yo ya tenia mis 40 peso en monedas de 10 que es con lo que contaba ya dispuestos en la mano, además de mi cartera para demostrar que no traía mas dinero, esperando que el ladrón no lo tomara como una negativa y se pusiera violento no por miedo ya que llegado el momento mi reacción sería tratar de neutralizarlo pero estaba el problema de la pistola no esperaba refuerzos, mas bien era para tranquilizarlo y evitar n lo posible tener que forcejear ya que el resultado era incierto tal ves fuera en contra y esto no estaba dentro de mis planes, mi compañero se encontraba en la misma situación ya que a juzgar por lo que observo solo monedas es lo que sostenía con la mano y su cartera no se si por imitación o compartíamos el mismo razonamiento, finalmente se acerco el segundo ladrón el responsable de la recolección con gorra en mano, le mostré e indique que era todo lo que le podría entregar el lo miro y no se que pensó seguido me indico que también el reloj y siguió su camino. Su comportamiento para mi compañero fue de indiferencia ya que no le pidió la contribución. El de adelante coloco 200 pesos. Tal ves su recolección consistía solo en billetes.

Te estoy robando no pidiendo prestado, le grito y apunto con la pistola a un chavo con sobrepeso, lentes y pelo enmarañando, por que no lo se, no me percate si se negó o estaba en la misma situación que yo no traía el mínimo que ellos esperaban, su expresión no se cual sería ya que lo tenia de espaldas y mi atención no era al 100 no quería ser malinterpretado por los hampones y recibir la furia y frustración acumulada que explosiono causada por el chavo, te repito no me mueve el miedo, si la prudencia no iba a pagar lo que no debía, lo que a mi no me correspondía, se acerco su compañero y no recuerdo si entrego algo o no, pero afortunadamente todo termino con un saldo blanco como les gusta decir en los noticiarios. Posiblemente por que nadie grito, nadie soltó el llanto, no hay quien tuvo la necesidad de ser el héroe, los ladrones no sintieron la necesidad de sentirse importantes o que se yo lo que sienten cuando matan a una persona, en resumen nadie se resistió, es que estamos acostumbrados, ya perdimos la esperanza de que esto cambie o hacer el cambio, es decir, ya nos resignamos ya es parte de la vida diaria, no lo se, solo te digo que por mi parte he llegado a la conclusión de que el llanto no remedia nada, la acción es por demás inútil si la libras tienes que ir al MP, para atestiguar con la finalidad de que el malhechor sea procesado durante cuanto tiempo, 1 o 2 años ya que solo fue robo a mano armada y su conducta fue excelente y la falsa seguridad que te crea el saber que hay un ladrón menos es insignifícate . Si te toca que va a hacer de tu familia quien lo mantendrá el gobierno tenlo por seguro que no o los pasajeros dirán nos intento salvar vamos a hacer algo por el, claro que no, es egoísta pero es mi realidad.

Finalmente los ladrones bajaron, con la recomendación hacia el chofer de que no se detuviera y cuidara de no notificar a la policía por que los tenían bien checados y más valía que no le moviera, de lo primero si te lo aseguro pues lo escuche, de lo segundo fue un comentario que escuche de otro pasajero, así que no se si es cierto tal vez. Entornes me di a la tarea de recuperar mi celular y la verdad me causo un vergüenza ya que de los celulares no se acordaron y tuve que parar a mas de 6 pasajeros que se encontraban en los asientos de adelante, con un “me da permiso por favor estoy buscando mi celular se me cayo” una gran mentira para ocultar un poco la verdadera razón, los primeros se mostraron amables, es típico de estas situaciones como que nos entra un sentimiento de fraternidad, donde podemos hacer por el prójimo lo que en condiciones normales no le prestamos nada de atención. Pase al segundo ocupado por creo una pareja como de unos 30 años nuevamente el “me da permiso por favor estoy…” me miraron como si no entendieran lo que le pedía por que no se movieron, finalmente al tipo le comenzó a trabajar el motor y se levanto y me lanzo una mirada de compasión tal ves diciendo “pobre pendejo” en ese momento desee que también hubieran cargado con los celulares y quien sería el pendejo, su acompañante su esposa creo por los caricias que se hacían no se movió, maldita ruca, y para rematar no estaba buena para que hubiera valido la pena, en fin como pude me las arregle y busque , adopte una posición un poco graciosa, empinado y con el culo parado, nada, les di las gracias no por su ayuda que nunca existió si no por mi educación pase al siguiente, “me da permiso por favor estoy…” ¿como es? pregunto una chava, ¿viste alguno? le pregunte, no, maldición para que necesitaba la descripción pensaría darme uno igual o que, le conteste no es así, de este color, en fin, termine y en nada me ayuda, ya con mi celular en la mano y sentado en mi lugar se me ocurrió que la pregunta solo fue por frivolidad para saber si era bueno ya que armaba tanto jaleo o uno del montón. El tipo con el que compartía el asiento también se levanto y siguió en su pedo, indiferente como yo hubiera actuado en su lugar, me acomode y busque por debajo del asiento y me encontré con mi celular lo había detenido la elevación de la llanta, de lo contrario yo sería el único que perdí mi celular en aquel suceso y de que forma.

Sin mas incidentes terminamos el recorrido, fui el primero en bajar quería evitar las miradas. A los 15 minutos llegue a mi trabajo y en chinga con el trabajo, sin preocuparme por el momento del robo, creo que si ya me he acostumbrado, ya lo considero parte del acontecer diario.

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