30 de agosto de 2010

Acecho

El ruido de metal golpeando el suelo lo despertó, seguro un perro o vagabundo que despertaba  igual que él. Hacia calor y el sol que entraba por la  ventana de cristales rotos le daba de lleno en la cara, el intenso brillo lastimó sus ojos mas acostumbrados a la oscuridad que a la claridad del día.  Una maldición salió de su boca reseca y fue cuando noto aquel sabor amargo, le dolían ligeramente los dientes y tenia ese escozor en la garganta había fumado demasiado la noche anterior se llevo las manos a la cabeza y apretó ligeramente a la altura de las sienes. Después de un momento se incorporo, tenia puesta la misma ropa de hace tres días y no tenia intención de cambiarse no hasta conseguir lo que quería anoche había estado cerca pero no lo suficiente.

Hoy tiene que ser, pensaba mientras se mojaba la cara en el maltrecho lavabo, si ese imbécil no hubiera aparecido ahora ella estaría aquí, si hoy esta con ella tendré que traerlos a los dos. Había decidido cambiar su técnica desde la ultima vez y los resultados no eran los esperados pero tenia que terminar este trabajo así que se puso la chamarra negra de gamuza encendió el ultimo cigarrillo que había en la cajetilla y salió de su guarida.

Al salir se topo de frente con los trabajadores que salían de las fabricas que había en los alrededores, no estaba acostumbrado a ver tanta actividad por esos rumbos, casi siempre llegaba de noche y volvía  salir de noche  así que nunca se topaba con nadie que no fueran perros o vagabundos borrachos. Camino rápidamente hacia donde había estacionado el auto, subió y arranco esperando que ninguna de las personas que lo habian visto lo recordara por mas de tres minutos.

Al llegar frente a la casa ya era de noche, era viernes,sabia que ella iría a aquel antro de Polanco y luego salir de ahí para dirigirse al NAM, su lugar favorito, a terminar de embriagarse. La había seguido durante meses y ya sabia la rutina de cada día así que solo era cuestión de esperar un poco, esta vez había tardado mucho en conseguirla no podía prolongarse mas esta situación así que en aquel momento lo decidió, ella no llegaría al NAM quería terminar temprano esa noche estaba un poco cansado.

La puerta se abrió y salió el deportivo azul inmediatamente después el pequeño auto de aspecto lúgubre pasaba por su lado, él sabia que invariablemente tomaría por aquella calle estrecha así que se adelanto y puso el auto a media calle y abrió el cofre confiaba en la inocencia y poca malicia de ella, justo en aquel momento las luces xenón del deportivo azul iluminaron con su frio haz la calle. El claxon sonó y después una voz metálica pregunto que pasaba, entonces él avanzo hacia la ventanilla del deportivo y con aquella expresión de buena gene que tan bien le salía le pidió le prestara sus cables pasa corriente. Ella no tenia ni idea de lo que le hablaba aquel tipo pero se veía muy buena onda y al parecer estaba en un apuro así que decidió bajarse y buscar en la cajuela haber si tenia lo que le pedía, mala decisión, solo sintió un golpe seco en la nuca luego todo se nublo.

Al abrir los ojos lo primero que vio fue un foco amarillento de luz titilante en medio de un techo sucio y con manchas negruzcas, algunas cuerdas colgaban de unos ganchos empotrados en aquel techo. Le dolía la cabeza y estaba un poco mareada, intento incorporarse pero un dolor intenso en la parte baja de la espalda se lo impido no podía separarse de aquella sucia plancha a la que estaba literalmente enganchada. No lo intentes otra vez o te puedes lastimar, tardo un momento en reconocer al dueño de aquella voz serena pero dominante. Me has costado mas tiempo del usual, solo espero que valgas la pena. No me ofrezcas dinero, no lo quiero ni lo necesito. Tampoco te podría decir porque tú,  simplemente te encontré cuando yo buscaba. No llores, el maquillaje se arruina, eres hermosa, lo serás para siempre. Su mano, cálida, cerro sus labios, justo en el momento en que  en que el frio metal del bisturí se abría paso en sus entrañas. Todo paso rápido, el dolor desapareció gradualmente y el sueño eterno cerro sus ojos. Había conseguido saciar su sed nuevamente sin embargo había un dejo de insatisfacción, necesitaba buscar mas

5 de agosto de 2010

Sara y Edgar

A Sara siempre le gustó Edgar a pesar que no tenia dinero y mucho menos trabajo. Cuando le pidió que fuera a vivir con él, ella pensó que por fin había cambiado, que buscaría un trabajo y dejaría de depender de su madre. Pensó, equivocadamente, que todo saldría bien y que serian felices para siempre. Su romanticismo adolescente la cegó y sin importarle las amenazas de su padre y los lamentos de su madre un buen día salió de la comodidad de su casa, dejo atrás aquel cuarto donde todavía había algunas muñecas, recuerdo de su infancia no muy lejana, y se fue del brazo de aquel tipo delgaducho cobardón y con aires de superioridad  que no tenia un peso en la bolsa.

Llegaron a la casa de la madre de Edgar, el dijo que solo seria temporal, que pronto tendrían un lugar propio. Los primeros días todo fue bien, su suegra la trataba con cortesía e incluso con cariño sin embargo Edgar no conseguía trabajo, es mas ni siquiera había buscado uno se pasaba todo el día en casa viendo la tele y solo salía cuando sus amigos lo iban a buscar para tomar unas chelas en la tienda de doña Martha, chelas que después Sara tenia que ir  pagar con el poco dinero que su madre le paso a escondías de su padre el día que dejo la casa.

El tiempo paso y también paso lo que pasa con las parejas jóvenes adolescentes que viven juntas y que se dejan llevar por los placeres de la carne sin pensar en las consecuencias que esto puede traer. A los dos meses de vivir juntos Sara ya estaba embarazada, Edgar seguía sin buscar trabajo y la mama de Edgar empezaba a preocuparse, después de todo era ella quien conseguía el dinero.

Conforme el embarazo de Sara avanzaba sus ilusiones de tener su propia familia se hacían mas grandes, el humor de Edgar se agriaba mas y la mamá llegaba cada vez mas tarde a casa porque había que trabajar horas extras para que al nieto no le faltara nada cuando llegara. La vida casi perfecta que Sara tenia en la mente empezó  desvanecerse como al quinto mes de su embarazo cuando una noche de mucho calor  Edgar le dijo que estaba gorda y que así no se le antojaba que lo mejor seria que el durmiera en la sala porque en la cama no cabían los dos. A aquel episodio de violencia  verbal, escuchado por todos los vecinos,  pronto le siguieron otros y mas intensos Edgar salía de casa y cuando llegaba estaba ebrio ya no era cariñoso con Sara, no la besaba ni le hacía el amor como antes, ahora solo tenia insultos para ella y miradas de desprecio.

Cuando el día del parto llego, Sara estaba sola en la casa, Edgar había salido sin decir a donde, y la mamá estaba trabajando. las contracciones se hacían cada vez mas frecuentes y los nervios de Sara estaban al máximo, estaba espantada, no sabia que hacer solo había ido al doctor un par de veces porque no tuvo dinero para más así que no sabía como reaccionar en esos momentos. Lo primero que pensó fue llamar a sus padres peo no lo hizo por miedo a que su padre la rechazara, entonces salió a la calle tenia que llegar con un doctor, la fuente estaba rota. Como pudo llego a la avenida pero no pasaba ningún taxi se creyó perdida y pensó que su hijo nacería ahí mismo done estaba parada, pero un vecino paso la vio y se compadeció de ella, la llevo a la cruz roja y ahí fue donde dio a luz, una niña, Edgar quería niño.

Luego del parto todo fue peor los llantos del bebe no dejaban dormir a Edgar y esto lo hizo mas violento, la primera vez que le pego a Sara lo hizo con saña brutal, la hubiera seguido pateando hasta dejarla inconsciente si no es porque su madre llego a tranquilizarlo, Sara se incorporo adolorida y trato de salir de ahí pero ni Edgar ni la mama la dejaron la mamá por miedo a que denunciara a su hijo, Edgar por miedo  que el papa y tíos de Sara fueran a buscarlo cuando se enteraran. Total que desde entonces Sara vivo como secuestrada, Edgar no el quitaba la vista de encima no la dejaba salir ni hablar por teléfono constantemente la amenazaba con darle otra paliza si le decía a su familia lo que había pasado afortunadamente la mamá traía lo que la bebe necesitaba, pero Sara ya no quería estar ahí quería ir a su casa y llevarse a su hija.

La oportunidad de Sara llego una noche de no mucho calor cuando la mamá se quedo a doblar turno Edgar había estado tomando cerveza todo el día y ya para esa hora estaba ebrio entro al cuarto y se le fue encima a Sara, la quiso violar pero ella se defendió, el comenzó a gritarle insultos y luego le tiro un golpe a la cara, Sara trato de defenderse. Los vecinos, que escuchaban todo fueron en defensa de Sara comenzaron a gritar desde fuera que la dejara salir. Edgar al ver que había hombres  fuera gritándole se hizo chiquito, se puso nervioso y le dio miedo, esto lo aprovecho Sara para tomar a su hija y salir de ahí.

Sara regreso a casa de sus padres que la aceptaron junto con su hija y unos días después que ella se fue un par de tipos llegaron al barrio y le dieron una putiza a Edgar ahí en la tienda de doña Martha nadie le hizo el paro, porque nadie lo apreciaba en realidad. Quedo un momento en el suelo chillando en medio de una mancha de sangre, luego se levanto y fue a su casa como pudo.