–No mames me cae que eras mas chido antes cuando te valía madre todo –fueron las palabras que me dijo Daniela mejor conocida como la Dany en el bajo mundillo de mi barrio.
–Que ya no te caigo chido –le conteste ya medio mareado por efecto de las chelas que habíamos estado tomando desde la tarde
–No güey, no es eso, sabes que eres neta, pero era más chido antes cuando nos portábamos mal
–La Dany tiene razón –terció el banano con algo de nostalgia al tiempo que tomaba el resto de su victoria –era mas rifado cuando lo dejábamos fluir.
–Puede que si pero los tiempos cambian –fue lo único que atine a decir y luego salí a fumar un cigarrillo.
El tiempo pasa y la vida te revuelca quieras o no, para bien o para mal cambia tu forma de pensar y de ver las cosas, algunos le llaman madurar, sentar cabeza, pero para mi solo es parte de un proceso de evolución que todos sufrimos mas rápido o mas lento pero inevitable y muchas veces doloroso. Siento que viví demasiadas cosas en tan poco tiempo, todo fue tan intenso tan lleno de emociones y sensaciones, ahora estoy pasando por un momento de “tranquilidad” si es que le puedo llamar así. En el pasado hable mucho casi siempre sin pensar, bebí y fume de todo, conocí mujeres algunas muy cabronas otras a las que destroce sin piedad, hice estupidez y media pensado que era lo mejor.
Las personas que tienen poco tiempo de conocerme están acostumbrados a mi forma de ser actual, tranquila, seria, incluso un tanto aburrida y monótona aunque en el fondo de mi ser siga siendo el mismo vago, ojete, haragán irresponsable de hace años, cuando mi actitud ante la vida era completamente diferente. Suelo reír en mis adentros cuando la gente habla de mi pensando que no los escucho, muchos me tildan de idiota, otros, más benevolentes dicen que soy demasiado tímido, introvertido que me falta vivir, me miran con compasión, con lastima otros lo hacen con odio porque no festejo sus chistes idiotas y bromas estúpidas sinceramente me da igual, no pienso tomarme la molestia de demostrarles lo equivocados que están, que muchas veces cuando ellos van yo ya regrese dos veces y no es falta de modestia ni que me considere alguien con toda la experiencia simplemente creo profundamente que la gente que me ha tocado conocer en la mas reciente etapa de mi vida es gente que vive bajo los limites que les impusieron desde pequeños y no pueden ver mas allá van por la vida clasificando a la gente según los estereotipos aprendidos y si no eres como ellos entonces estas mal y tienes que cambiar, ser como ellos para que te acepten. Pero afortunadamente no todos son iguales hay al menos un par a quienes me hubiera gustado conocer unos años atrás
Cuando llego a ver a mis viejos amigos de la infancia, aquellos con los que jugué en las calles del barrio con los que crecí entre juegos de fútbol y peleas a esas chicas que me iniciaron en los ritos carnales del amor esos amigos con los que aprendí a ser neta, a aguantar vara por la banda entonces mi verdadero yo irrumpe desde lo mas profundo de mi ser donde lo tengo recluido, apaciguado, dormido. Pero ya casi no veo a nadie de mi antigua palomilla todos se han ido del barrio, algunos han muerto y nos están apartando una calle en algún barrio del más allá. A veces la nostalgia me gana y se me hace un nudo en la garganta cuando camino por las calles llenas de recuerdos de aquellos buenos tiempos, solo quedamos en la colonia el chipotes y yo pero el no cuenta, vive en su mundo creado por una sobredosis así que yo paso a ser como el guardián de esos recuerdos bueno a mi me gusta pensarlo de esa forma.
De todos soy uno de los pocos que pudo terminar una carrera y que tiene un trabajo que le permite vivir con cierta comodidad pero la verdad es que cuando nos juntamos aquellos que todavía podemos hacerlo los títulos universitarios no valen, tampoco cuenta la marca de la ropa ni los billetes que se traen o no en la cartera, es como si todos volviéramos a ser los de antes y bebemos todos de la misma botella y compartimos un cigarrillo que pasa de boca en boca como si no hubiera mas, esos momentos son los que valen la pena son como una válvula de escape a los problemas que nos agobian. Lamentablemente las reuniones son cada vez mas lejanas y los asistentes mas escasos, creo que el monstruo nos esta terminando de comer.
Regrese después de terminar el cigarrillo –eres muy bonita– le dije a la dany en el oído al tiempo que la abrazaba, ella sonrió con cierta malicia
–No mames sigues siendo el mismo culero de siempre, pero tranquilo que todavía es temprano ya veremos mas tarde – dijo eso al tiempo de que un blues sonaba en el viejo estero del banano
–Que ya no te caigo chido –le conteste ya medio mareado por efecto de las chelas que habíamos estado tomando desde la tarde
–No güey, no es eso, sabes que eres neta, pero era más chido antes cuando nos portábamos mal
–La Dany tiene razón –terció el banano con algo de nostalgia al tiempo que tomaba el resto de su victoria –era mas rifado cuando lo dejábamos fluir.
–Puede que si pero los tiempos cambian –fue lo único que atine a decir y luego salí a fumar un cigarrillo.
El tiempo pasa y la vida te revuelca quieras o no, para bien o para mal cambia tu forma de pensar y de ver las cosas, algunos le llaman madurar, sentar cabeza, pero para mi solo es parte de un proceso de evolución que todos sufrimos mas rápido o mas lento pero inevitable y muchas veces doloroso. Siento que viví demasiadas cosas en tan poco tiempo, todo fue tan intenso tan lleno de emociones y sensaciones, ahora estoy pasando por un momento de “tranquilidad” si es que le puedo llamar así. En el pasado hable mucho casi siempre sin pensar, bebí y fume de todo, conocí mujeres algunas muy cabronas otras a las que destroce sin piedad, hice estupidez y media pensado que era lo mejor.
Las personas que tienen poco tiempo de conocerme están acostumbrados a mi forma de ser actual, tranquila, seria, incluso un tanto aburrida y monótona aunque en el fondo de mi ser siga siendo el mismo vago, ojete, haragán irresponsable de hace años, cuando mi actitud ante la vida era completamente diferente. Suelo reír en mis adentros cuando la gente habla de mi pensando que no los escucho, muchos me tildan de idiota, otros, más benevolentes dicen que soy demasiado tímido, introvertido que me falta vivir, me miran con compasión, con lastima otros lo hacen con odio porque no festejo sus chistes idiotas y bromas estúpidas sinceramente me da igual, no pienso tomarme la molestia de demostrarles lo equivocados que están, que muchas veces cuando ellos van yo ya regrese dos veces y no es falta de modestia ni que me considere alguien con toda la experiencia simplemente creo profundamente que la gente que me ha tocado conocer en la mas reciente etapa de mi vida es gente que vive bajo los limites que les impusieron desde pequeños y no pueden ver mas allá van por la vida clasificando a la gente según los estereotipos aprendidos y si no eres como ellos entonces estas mal y tienes que cambiar, ser como ellos para que te acepten. Pero afortunadamente no todos son iguales hay al menos un par a quienes me hubiera gustado conocer unos años atrás
Cuando llego a ver a mis viejos amigos de la infancia, aquellos con los que jugué en las calles del barrio con los que crecí entre juegos de fútbol y peleas a esas chicas que me iniciaron en los ritos carnales del amor esos amigos con los que aprendí a ser neta, a aguantar vara por la banda entonces mi verdadero yo irrumpe desde lo mas profundo de mi ser donde lo tengo recluido, apaciguado, dormido. Pero ya casi no veo a nadie de mi antigua palomilla todos se han ido del barrio, algunos han muerto y nos están apartando una calle en algún barrio del más allá. A veces la nostalgia me gana y se me hace un nudo en la garganta cuando camino por las calles llenas de recuerdos de aquellos buenos tiempos, solo quedamos en la colonia el chipotes y yo pero el no cuenta, vive en su mundo creado por una sobredosis así que yo paso a ser como el guardián de esos recuerdos bueno a mi me gusta pensarlo de esa forma.
De todos soy uno de los pocos que pudo terminar una carrera y que tiene un trabajo que le permite vivir con cierta comodidad pero la verdad es que cuando nos juntamos aquellos que todavía podemos hacerlo los títulos universitarios no valen, tampoco cuenta la marca de la ropa ni los billetes que se traen o no en la cartera, es como si todos volviéramos a ser los de antes y bebemos todos de la misma botella y compartimos un cigarrillo que pasa de boca en boca como si no hubiera mas, esos momentos son los que valen la pena son como una válvula de escape a los problemas que nos agobian. Lamentablemente las reuniones son cada vez mas lejanas y los asistentes mas escasos, creo que el monstruo nos esta terminando de comer.
Regrese después de terminar el cigarrillo –eres muy bonita– le dije a la dany en el oído al tiempo que la abrazaba, ella sonrió con cierta malicia
–No mames sigues siendo el mismo culero de siempre, pero tranquilo que todavía es temprano ya veremos mas tarde – dijo eso al tiempo de que un blues sonaba en el viejo estero del banano
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