2 de febrero de 2010

La deuda: El Principio

Genaro se mesa los cabellos desesperadamente, respira con dificultad como si el aire fuera mas denso y pesado en ese lugar, no sabe como fue que llego a esta situación, en que momento perdió el control de las cosas. Sentado en el frío suelo de la celda oscura sin poder dormir, solo piensa en su mujer y en su pequeña hija. Solas en su casa es la primera vez en cinco años que no duermen bajo el mismo techo. Desesperado e impotente con los ojos llorosos ahoga un suspiro que empezaba a formarse en su garganta.

Carmen tampoco puede conciliar el sueño, en los últimos meses la carga de estrés y preocupaciones ha sido demasiada y solo el cigarrillo acompañado con unas copas de brandy la tranquilizan un poco. Sentada en la mesa de la cocina siente que su cabeza va a estallar en cualquier momento. Todo el día ha estado pensando, tratando de encontrar una solución a sus problemas sin poder hallar alguna, por alguna razón todas las puertas se le cierran, ninguno de sus supuestos amigos le ha tendido la mano. Lamentablemente para ella solo le queda la opción de aceptar la propuesta de don Cuco aunque le resulte repugnante.

Todo parecía ir bien en su vida, sabía que su esposo había pedido algo de dinero prestado para el bautizo de la niña y para comprar algunos muebles pero no sabia que el dinero con el que Genaro periódicamente apoyaba a la mama de Carmen, también provenía de préstamos. A pesar de que varias veces le pregunto cuanto debía, Genaro nunca le mencionó lo grave de la situación. Fue aquel miércoles hace tres meses cuando recibió aquella llamada, tenían 60 días para liquidar el total de la deuda antes de que se tomaran medidas extremas, o pagaban en el plazo indicado o se atenían a las consecuencias.

Aquel día en la noche, cuando Genaro llegó del trabajo Carmen le exigió la verdad, había llamado el abogado de Refugio Gutiérrez, exigiendo el pago de una importante cantidad que ellos estaban muy lejos de tener. Después de una discusión, Genaro termino por contarle como estaban las cosas. Desde hacia algunos años él había estado pidiendo dinero prestado a sus compañeros del trabajo y sus amigos para poder ofrecerles un nivel de vida adecuado a ellas, sus tesoros, además por petición de Carmen ayudaba a su suegra, la pobre mujer que no acepto ir a vivir con ellos, para no causar molestias, pero aceptaba sin empachos la cantidad mensual que Genaro le depositaba en su cuenta de ahorros para “ayudarla un poco”. Entre los gastos de la casa, la ayuda a su suegra y los compromisos sociales que iban surgiendo, el sueldo de Genaro simplemente no alcanzaba y entonces se vio en la necesidad de pedir algo de dinero prestado que le permitiera cumplir con todo, al principio el pensaba que podría liquidar estos prestamos poco a poco ya que los había conseguido con algunos amigos y compañeros de trabajo que no le cobraban intereses pero conforme pasaba el tiempo se daba cuenta que no podía cumplir con los pagos prometidos, entonces pedía otro préstamo a alguien diferente que le permitiera pagar una parte de alguna deuda previa y le sobrara un poco para cubrir sus gastos básicos después de un par de años haciendo lo mismo llego el momento en que ya nadie le prestaba y todos le exigían el pago. Fue entonces cuando su cuñada le comento acera de un señor “muy buena gente” llamado Refugio que prestaba dinero sin la necesidad de dejar algo a cuenta y con un módico interés muy cómodo de cubrir, más o menos esas fueron las palabras que convencieron a Genaro de entrevistarse con “Don cuco”. Cuando fue a ver al prestamista Genaro no midió las consecuencias de sus actos y firmo documentos en los que se comprometía a devolver el dinero más una cantidad importante por concepto de intereses, él solo quería liquidar todas sus deudas y así poder empezar de nuevo tenia confianza en poder ir cubriendo las letras firmadas a Don Cuco.

Muy equivocado estaba y muy tarde se dio cuenta de su error, no solo no podía cumplir con el pago de las letras al prestamista sino que además tuvo que pedir prestado otra vez cuando Carmen enfermo gravemente perdiendo al bebe que esperaba. Un año después de haber visitado al prestamista, Genaro tenia mas deudas que nunca, fue entonces cuando Don Cuco llamo a su casa exigiendo el pago de la deuda, dos meses después de aquella llamada Genaro era llevado a la cárcel por no poder pagar, su casa fue embargada y su esposa e hija quedaron desamparadas.

Después de dos días del arresto de su esposo, Carmen completamente desesperada fue a hablar con Don Cuco, le rogó, que retirara la denuncia, para liberar a su esposo estaba dispuesta a ponerse de rodillas si era necesario. Cuando estuvo frente al viejo Refugio, este la miro detenidamente de pies a cabeza, a pesar de haber estado embarazada un par de ocasiones Carmen tenia un cuerpo agraciado, firme y joven, cuando supo que ella era la esposa de Genaro el viejo prestamista inmediatamente supo que pedirle a cambio de la libertad de su esposo, es mas, estaba dispuesto a perdonar una buena parte de la deuda si Carmen aceptaba convertirse en su amante durante algún tiempo, el quería llevar a Carmen a su casa de la playa por dos o tres semanas y ahí disfrutarla a sus anchas luego de ese tiempo, cuando regresaran Carmen encontraría a su esposo libre.

Al principio, la propuesta del viejo le molesto mucho, tanto que le grito fuertes insultos y estuvo a punto de abofetearlo pero se contuvo y solo se marcho de aquel lugar echando pestes, sin embargo una semana después, luego de haber intentado reunir al menos una parte del dinero sin éxito, luego de verse abandonada por sus amigos y familiares y de no tener siquiera algo de comida para su hija, la idea de aceptar la propuesta del viejo le rondaba la cabeza constantemente, para ella seria repugnante y humillante entregarse a un tipo tan mezquino y desagradable como don cuco pero con tal de liberar a su esposo y regresarle el padre a su hija seria capaz de todo. Bebió de un trago el brandy que sobraba en el vaso y le dio el último golpe al cigarrillo, estaba decidido, se baño y se vistió un tanto coqueta, luego salio rumbo a la casa del prestamista.

Así que regresaste, bien, sabia que lo harías, como sé que no has podido reunir lo que me deben en efectivo supongo que tu pago será en especie. Esas fueron las palabras con que Don Cuco recibió a Carmen, luego le señalo un sillón para que se sentara el hizo lo propio sobre su escritorio. Después de unos minutos de silencio durante los cuales la miro con lujuria, le ordeno secamente que se desvistiera Carmen dudo por un momento, estuvo a punto de mandar al viejo al carajo y salir de aquella casa pero pensó que si lo hacia entonces toda la ira de Refugio Gutiérrez caería sobre su esposo y sobre su hija, lentamente y siempre mirando al piso, Carmen comenzó a despojarse de su ropa, era el momento mas vergonzoso y humillante de su vida, no pudo contener las lagrimas. Cuando termino de desnudarse el viejo se acerco a ella, le hizo dar una vuelta y luego la atrajo hacia él, las manos huesudas, frías y con la piel arrugada y áspera del viejo tocaron por primera vez la piel fresca y suave del cuerpo de Carmen, ella no pudo evitar alejarse del viejo pero este la volvió a jalar hacia él y la obligo a besarlo, la boca le sabia a café rancio y cigarrillos, casi vomita cuando la lengua del viejo entró a su boca moviéndose rápidamente como queriendo llegar hasta su garganta, las frías manos del viejo comenzaron a tocar todas las partes de su cuerpo, ella estaba paralizada no podía moverse solo quería que esto terminara lo mas pronto posible, entonces sintió un empujón que la hizo caer al sofá donde había estado sentada desde ahí vio como el viejo, moviéndose más rápido de lo que ella hubiera creído, se desnudaba mientras la veía con una sonrisa de impaciencia, cuando se sacaba los boxers el viejo comenzó a jadear y un poco de saliva escurrió por la comisura de su boca, ella estaba petrificada medio recostada en el sofá con expresión de asco, coraje y terror no podía moverse a pesar de que quería salir corriendo de ahí quería gritar, decirle al anciano frente a ella que se detuviera que no aceptaba el trato pero las palabras no salían de su boca, solo sintió que el anciano salto sobre ella y luego un dolor en su entrepierna la regreso de golpe a la realidad él había entrando en ella, entonces comenzó a llorar como nunca antes lo había hecho mientras aquel hombre moviéndose encima de ella le arrebataba la dignidad con cada uno de sus embates.

Fueron dos semanas durante las cuales el viejo prestamista tuvo su cuerpo todas las veces que el quiso. Fueron dos semanas en la casa de descanso que el viejo tenia en una solitaria playa, las dos semanas más largas y humillantes de la vida de Carmen lo único que le daba fuerzas para soportar las sesiones de lujuria del viejo era pensar en su esposo Genaro, cuado saliera libre se irían junto con su hija a otra ciudad a comenzar de nuevo. Pero después de esas dos semanas, cuando regresaron de la casa en la playa, el viejo se negó a detener el proceso contra Genaro. Humillo aun mas a Carmen arrojándole a la cara unos cuantos billetes. Carmen le exigió que cumpliera su palabra y que liberara a su esposo el viejo solo la ignoro sabia que ella no tenia nadie que la apoyara, sabía que ahora ella estaba en sus manos y que las dos semanas que pasaron en la playa serian solo el comienzo, el viejo Cuco, que nunca se caso porque ninguna mujer lo soportaba, ahora tenía una joven esclava a su disposición.

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